De Torrelavega, San Vicente de la Barquera, Santander, Potes, Laredo, Reinosa, Llanes, Palencia, Burgos, Bilbao... Desde todos los puntos inimaginables de la geografías más cercana a Cantabria llegaron las 10.000 personas que, tirando hacia abajo se estima que presenciaron, o lo intentaron, el concierto de David Bustamante con el que se cerraron anoche las fiestas patronales de 2006. Fue el único concierto que el barquereño dará este verano en Cantabria y el primero, también, después de haber contraído matrimonio.
Según estimaciones de Protección Civil, el boulevard Demetrio Herrero puede acoger, lleno, 9.000 personas. Pues ayer, además de este paseo, el público se desparramaba, literalmente, por las calles adyacentes, José María de Pereda y Julián Ceballos, llenaron hasta los árboles, el parque de Pequeñeces, donde se instalaron pantallas gigantes, siguieron por la calle Ave María hasta la plaza Baldomero Iglesias, cerca de la cual se instaló otra pantalla. Qué decir tiene los balcones y ventanas de los edificios que circundan este paseo, que de haberlos alquilado, hubieran valido más dinero que el día de la boda del Príncipe de Asturias. Y es que Bustamante fue recibido ayer en Torrelavega, no como un príncipe, como un rey, por las miles de personas de todas las edades que pugnaron por intentar ver de cerca a su ídolo. El concierto fue, como todos los actos de La Patrona, gratuito, lo que favoreció la participación masiva de los ciudadanos. Las primeras en llegar fueron un grupo de fans que desde el martes pasado montaron su particular camping en la primera fila , a pie de escenario, chicas de Santander y de Asturias, con tienda de campaña incluida, que han vivido durante cinco días, velando armas al barquereño. Pero no sólo jóvenes, ayer mismo, por la mañana, un grupo de mujeres que ya no cumplían los 50, con sus bocadillos y sus bebidas, estaba ya instaladas en unas sillas plegables lo más cerca posible del escenario.
Y llegó el momento. A las diez de la noche, con toda la parafernalia que la causa demandaba, un Bustamante ya sin escayola en la pierna (sufrió un accidente doméstico el mes pasado), con su mejor sonrisa, con una presencia renovada, irrumpió en el escenario provocando un auténtico delirio. Quizás no sea exagerado afirmar que el de ayer en Torrelavega, haya podido ser el concierto más multitudinario que haya tenido el barquereño en Cantabria, y sin afán de exagerar, por menos de nada, en España, por número de personas, por entrega de los fans y por el cariño con el que le acogieron, posiblemente, más de 10.000 personas.
